
Desde los primeros tiempos Roma fue acompañada y protegida, simbólicamente, por un grupo de jóvenes mujeres escogidas de muy jovenes de entre las niñas más perfectas de la ciudad. Las Vírgenes Vestales eran un conjunto de sacerdotisas cuya principal función radicaba en mantener vivo el Fuego Sagrado de Vesta que si por alguna razón se apagaba esta, según se cree, era reavivada utilizando luz solar.
La pura e inmaculada Vesta, también conocida como Hestia en Grecia, era la diosa del fuego y la chimenea familiar. Gradualmente se fue convirtiendo en la diosa protectora de Roma cuya llama representaba el bienestar del estado. Vesta además fue cortejada por Apolo y Neptuno pero prefirió permanecer pura y virgen. Esto era representado por el fuego sagrado -que los Romanos consideraban como el emblema al fuego de la vida.
Características
Las Vírgenes Vestales tenían una gran prioridad y prestigio en la sociedad. Eran respetadas y adoradas por todos y cada uno de los ciudadanos Romanos. Entre los privilegios con los que contaban se encontraba el de ser escoltadas por los lictores cuando andaban por las calles, el de obtener lugares preferenciales y de excelentes vistas en los juegos y obras teatrales,así como el de ser frecuentemente invitadas a suntuosos banquetes.
La vestimenta de una vestal también reflejaba su rango elevado en la sociedad y a la vez su pureza y castidad. Las tunicas que utilizaban eran del más fino lino de color blanco y estaban adornadas con una orla de púrpura.
Elección
La Vestal de mayor importancia era la Vestalis Maxima. La elección de las vírgenes se hacía entre niñas de 6 a 10 años en perfecta condición física, y cuyos padres vivieran en Italia. Se seleccionaría de entre 20 niñas de las que cabe aclarar que la selección de entre éstas tenía lugar sólo si antes no se presentaba una familia extremadamente prestigiosa ofreciendo a su hija como Vestal.
Servicio y obligaciones
Las Vestales servían por 30 años. De estos 30 años 10 eran como estudiante; los siguientes 10 en servicio, donde cuidaban la llama y los 10 últimos como maestras de las jóvenes discípulas. Pasados estos 30 años de servicio podían dejar el templo y casarse si así lo deseaban. Esta llama era cuidada por turnos y su pérdida era castigada con la vida de la Vestal
Castigo por romper los votos
Las Vestales que rompían sus votos eran castigadas cruelmente com la lapidación(la cripta sería cerrada y tapada con tierra)y la vestal encontraría una muerte lenta y tortuosa enterrada viva.
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